Agradecemos los reconocimientos en estos 15 años.

Empoderamiento femenino en proyectos de turismo rural

El turismo rural comunitario (TRC) es una alternativa al turismo masivo; se enfoca en ofrecer experiencias inmersivas en las comunidades locales, donde el visitante se acerca a la cultura, tradiciones y manera de vivir de los lugares anfitriones. Se promueve un turismo lento, en el que cada participante disfruta plenamente del momento y del espacio en el que se encuentra.

Este tipo de actividad fomenta el crecimiento económico y social de pequeñas poblaciones, que buscan un desarrollo territorial equilibrado, así como una distribución equitativa de los recursos. Además, se prioriza el cuidado del entorno natural que ofrece a las comunidades las herramientas para realizar diversas actividades, educando al visitante sobre formas sostenibles de hacer turismo. 

De esta manera, el TRC no solo contribuye al desarrollo económico, a su vez actúa como una plataforma que promueve la igualdad de género, creando oportunidades de impulso a las mujeres, quienes se ven involucradas en la toma de decisiones, además adquieren independencia económica y mejoran sus habilidades y capacidades, fomentando de esta manera una red de apoyo en la comunidad, aspecto que favorece a su empoderamiento. Al mismo tiempo, no solo se busca hacerlas partícipes sino también generar un sentido de pertenencia e identidad con los proyectos que implementan, los cuales se integran a su estilo de vida, convirtiéndose en un motor para visibilizar su trabajo. 

Un acercamiento al colectivo femenino de AMUL

Un ejemplo de lo anterior es el caso AMUL (Asociación Muralla de León), específicamente del proyecto integrado por treinta mujeres, ubicadas en la aldea de Macanche, Petén, Guatemala. Del total de las mujeres que integran el colectivo, solamente 15 son las que se encuentran directamente relacionadas con el proyecto; no obstante, todas muestran la red de apoyo que representan para el proceso, así como en la oportunidad de adaptarse según sus habilidades y capacidades en la producción, gestión y liderazgo.

Este grupo se caracteriza por trabajar la semilla del Ramón, la cual proviene de un árbol que lleva el mismo nombre y es utilizada desde tiempos mayas, por lo que forma parte integral de la identidad regional. También, es aprovechada para elaborar diversos productos comestibles como harina, galletas, sustituto de café, entre otros. 

El proyecto del colectivo femenino surge a través de una capacitación en donde se mostró la manera de aprovechar la semilla, así como sus beneficios nutricionales. A raíz de la creación de los productos y por iniciativa del grupo nace la idea de implementar un tour para mostrar el procesamiento de la semilla del Ramón y diversificar la oferta de actividades del grupo, dejando un beneficio no solo a las mujeres responsables del proyecto, sino también a la comunidad involucrada. 

Empoderamiento femenino: rompiendo estereotipos 

Con respecto a las oportunidades y ventajas que el proyecto ha generado a las mujeres en temas de empoderamiento se puede visualizar en su liderazgo, ya que han creado una junta directiva donde ellas forman parte de la toma de decisiones por medio de la colaboración y democracia, involucrando aspectos económicos, sociales y de gestión del proyecto, siempre buscando el reparto equitativo de trabajo y bienes para la comunidad.

Aunado a lo anterior, ellas son las encargadas de generar vínculos en el mercado y darle solución a los problemas que se vayan presentando, por lo que a su vez, han desarrollado la gestión y administración por medio de capacitaciones, apoyo y orientación por parte de instituciones quienes fomentan la adquisición de conocimientos que aportan valor a la toma de decisiones dentro y fuera del proyecto como lo menciona una de sus integrantes “me siento empoderada y capaz de comunicar mis ideas con claridad y seguridad, compartiendo mi perspectiva y contribuyendo activamente a la toma de decisiones en el proyecto”. 

Al mismo tiempo han generado una independencia económica, al obtener sus propios ingresos, favoreciendo al sustento económico familiar, rompiendo con la barrera de género, principalmente acerca de estereotipos sobre el rol o actividades que deben desempeñar por ser mujeres. Además, gracias a su trabajo y esfuerzo se les ha dado un reconocimiento social dentro y fuera de la comunidad, mostrando que son capaces de lograr sus objetivos tanto en su vida personal como profesional.  

Una mirada de género para seguir trabajando

Así como existen beneficios para las mujeres, por otro lado, aún se muestran áreas de oportunidad para trabajar en temas de género. En el caso del colectivo AMUL, cuando se habla del empoderamiento no solo es visibilizar lo bueno, de igual modo, es importante mencionar el doble rol que aún muchas de las mujeres involucradas viven, quienes luchan contra las cargas del trabajo tanto en el proyecto como en su vida familiar y social para lograr equilibrar sus responsabilidades, esto genera una presión adicional. Pero a pesar de ello se mantienen firmes con el cumpliento de objetivos y muestran que son capaces de gestionar sus tiempos.

De este modo, el turismo rural comunitario no es solo una herramienta potencial en el desarrollo económico, sino también el motor que impulsa a una transformación social; empodera a las mujeres como en el caso AMUL, quienes juegan un papel crucial en el proyecto que involucra la producción de productos derivados de la semilla del Ramón, lo que se refleja en su capacidad de liderazgo, gestión, administración y toma de decisiones. Asimismo, a partir de este tipo de dinámicas se promueve la igualdad de género y se visibiliza su trabajo. 

Finalmente, no podemos dejar de lado que aún siguen presentándose situaciones adversas para las mujeres como el doble rol que desempeñan, lo que les genera una carga extra de trabajo y en ocasiones sin reconocimiento o remuneración económica, pero a pesar de esto, ellas siguen mostrando su resiliencia, dejando huella en su comunidad y buscando un futuro más equitativo para el colectivo femenino, no solo dentro del turismo rural comunitario, sino también dentro de su contexto social. 

Artículo realizado por la estudiante de la Licenciatura en Gestión del Turismo Cultural y Natural de la Universidad Autónoma de Querétaro, Joselin Alegria Alegria.

Comparte tu aprecio