La magia de Mineral Del Chico

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La Mano Del Mono

Aunque pareciera ser hace más tiempo, en febrero de 2021 llegué casi inesperadamente a Mineral Del Chico, una joya de pueblo mágico que no sabía que tenía que conocer. El recuerdo permanece muy utópico en mi mente, tras meses de cuarentena y de incertidumbre al futuro, de repente me embarqué en un proyecto profesional que al segundo día de trabajo me llevó a conocer este lugar lleno de riqueza cultural, natural y de gente cálida.

Desde las arboladas carreteras para llegar allá, sabía que se trataba de un lugar distinto, con magia, con un paisaje sacado de película. Aunque ya era noche, Dulce y Daniel nos recibieron con amabilidad en unas hermosas cabañas donde pasamos la noche y desde donde la vista del amanecer era impresionante. Aquí fue donde la magia comenzó a suceder.

A la mañana siguiente nos esperaba un día lleno de actividades a cargo de Magic Tours, el emprendimiento turístico liderado por Dulce y Daniel, una pareja que escogió a Mineral Del Chico para vivir gracias a la calidad de vida que les ofrece y de la cual no cuestiono, pues la atmósfera que crea ese lugar te hace sentir fuera de la realidad y las prisas, como si el tiempo no corriera.

Entre las actividades que realizamos sobre aquellas corredoras, mi favorita fue zigzaguear por las entrañas de la tierra, una actividad que nos apartó por completo de la sociedad, el ruido y la señal del celular para iniciar un recorrido por los altos y bajos de la montaña, una experiencia multisensorial que nos permitió fortalecer nuestra relación humano-naturaleza e incluso espiritual.

 

Aunque podría detenerme a hablar de lo maravillosas que fueron las experiencias y del sentido de educación ambiental que podrían contemplar, cuando aterrizaba ideas para escribir este blog, concluí en que la verdadera esencia de la magia de este pueblo minero está en sus historias. Mientras recorríamos sus calles, Dulce y Daniel se detenían en diferentes puntos para contarnos anécdotas, leyendas e incluso datos importantes del pueblo, por ejemplo, encontré entre mis notas del viaje que Columba Rivera, la primera médica de México es originaria de Mineral Del Chico, y nos contaban que en la década de 1900, ella solía regresar a llevar medicamentos y a ofrecer consultas gratuitas para los mineros y la gente del pueblo.

Nuestra estancia fue corta debido a los itinerarios de trabajo, sin embargo, Dulce y Daniel nos hicieron sentir bienvenidos en todo momento, incluso recuerdo que esa última mañana en el pueblo, nos invitaron café y tamales hasta el comedor de su casa y pronto nos convencieron de ir a conocer un punto en las alturas. Desde aquel lugar, una vista impresionante nos despidió de aquel pueblo lleno de paz y nos dejó con la batería y espiritualidad recargada como personalmente pocas veces he sentido. Por último, aún no puedo creer que me fui sin probar la tachuela, la bebida típica del pueblo y con una riqueza histórica de anécdotas de minería, pero no haberla probado es ahora el pretexto perfecto para regresar pronto.